Nuestra salud depende en gran medida de nuestra forma de vida y de las precauciones que tomemos para evitar las enfermedades, adoptando hábitos y conductas saludables:
- El primer paso es la prevención, tomando medidas profilácticas para evitar situaciones y factores de riesgo.
- vigilar la exposición a
focos de infección (cremas protectoras y gafas de sol, condiciones de higiene de los animales domésticos, no intercambiar objetos de aseo personal)
- precauciones para evitar accidentes (en la manipulación de objetos eléctricos, uso de casco y cinturón de seguridad)
- atender a normas de seguridad alimentaria (manipulación y conservación de alimentos)
- Alimentarse de forma equilibrada (y a poder ser variada) supone consumir alimentos en las proporciones adecuadas. Hay que señalar la importancia de una correcta hidratación.
- Atender detalladamente a la higiene personal ya que la piel actúa de barrera frente a microorganismos.
- Efectuar revisiones médicas periódicas y acudir a los profesionales sanitarios. Utilización de vacunas.
- El ejercicio físico debe ser regular y adecuado a las condiciones físicas de cada persona.
- Todo cuanto ocurre a nuestro alrededor (el ruido, la incorrecta comunicación, el estrés, falta de descanso y sueño) influye en nuestro estado de ánimo. Es importante cuidar la salud mental.
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